El modelo dicta los tipos de inteligencias humanas existentes, provienen de forma genética, y que, en momentos extremos, desbloquea ciertas habilidades que en estado normal es incapaz de hacer, las divisiones (Reptiliano, Amígdala, y Neocórtex), los cuales representan:
Reptiliano: También conocido como el complejo R, es la zona cerebral que representa a los instintos básicos del ser humano el cual esta formado por ganglios basales, lo que lo convierte en la versión primitiva del cerebro, el motivo de su nombre es debido a las zonas que estaban relacionadas con los comportamientos estereotipados y predecibles que según él definen a los animales vertebrados poco evolucionados, como los reptiles, en momentos de suma tensión, los instintos logran extender la fuerza humana en momentos específicos, los cuales, el reptiliano actúa aunado a los sentimientos, los cuales se encuentran en la amígdala. Esto debido a la adrenalina que corre en las venas tras momentos de ese calibre.
Amígdala: También conocido como el cerebro límbico, es la parte sentimental del cerebro, su utilidad tiene que ver con el aprendizaje. Si una conducta produce emociones agradables, tenderemos a repetirla o a intentar cambiar nuestro entorno para que se produzca de nuevo, mientras que si produce dolor recordaremos esa experiencia y evitaremos tener que experimentarla otra vez, por lo que su mayor función es la memoria aunado al neocórtex.
Neocórtex: Este es el lado del cerebro el cual se muestra el lado del razonamiento, este lado vendría siendo el más débil de los 3, ya que busca más la lógica que la acción, siendo la amígdala el punto medio, En esta estructura tan compleja residía la capacidad para aprender todos los matices de la realidad y de trazar los planes y las estrategias más complicadas y originales. Si el complejo reptiliano se basaba en la repetición de procesos totalmente por la propia biología, el neocórtex era permeable a todo tipo de sutilezas provenientes del entorno y del análisis de nuestros propios actos. El humano necesita de los 3 para formar un balance entre alma, espíritu y cuerpo.
